

Antes de la llegada de los españoles, el territorio del actual Entre Ríos estaba ocupado por diversas tribus como los chanás-timbúes, los charrúas y los guaraníes. Estos grupos eran principalmente nómades.
Integrante del Virreinato del Perú, el territorio entrerriano fue incluido dentro de la jurisdicción de los asentamientos correspondientes a lo que hoy son las ciudades de Buenos Aires y Santa Fe. Los primeros colonizadores se establecieron en el actual La Paz, junto al río Paraná. El territorio quedó incluido en la Gobernación del Río de la Plata en virtud de la Cédula Real del 16 de diciembre de 1617, que subdividió la gobernación originariamente otorgada a Pedro de Mendoza.
Los indígenas de la zona fueron vencidos y reducidos por Hernandarias. Luego de una expedición contra los charrúas de la Banda Oriental ordenada por José de Andonaegui se procedió a fundar las primeras ciudades. En 1783, poco después de creado el Virreinato del Río de la Plata, Tomás de Rocamora, bajo las órdenes del virrey Juan José de Vértiz y Salcedo, San Antonio de Gualeguay Grande (Gualeguay), Concepción del Uruguay y San José de Gualeguaychú.
En 1810 las villas entrerrianas adhirieron de inmediato a la Revolución de Mayo que dio inicio al proceso independentista, y el pueblo de La Bajada (Paraná) brindó apoyo logístico a Manuel Belgrano durante la Expedición Libertadora al Paraguay. La relación con Buenos Aires se deterioró luego del armisticio firmado en 1811 con el virrey establecido en Montevideo, Francisco Javier de Elío, por el cual Buenos Aires permitió la ocupación realista de las villas de Gualeguay, Gualeguaychú y Concepción del Uruguay y toda la Banda Oriental, a cambio del levantamiento del bloqueo a su puerto. Las villas entrerrianas comandadas por caudillos locales como Francisco Ramírez y Eusebio Hereñú, lograron derrotar a los realistas que habían procedido a ocuparlas y a partir de entonces Entre Ríos asumió una posición fuertemente federal. Debido a estas desavenencias con Buenos Aires, Entre Ríos no envió representantes al Congreso de Tucumán, apoyando en cambio el organizado por José Gervasio Artigas en Concepción del Uruguay en 1815 (Congreso de Oriente).
La provincia estuvo bajo el mando directo de Artigas hasta que Francisco Ramírez asumió el liderazgo de la causa federal en territorio entrerriano. Junto a Estanislao López de Santa Fe se enfrentó a los unitarios de José Rondeau de Buenos Aires, venciéndolos en la Batalla de Cepeda de 1820. Esta batalla llevó a la disolución del gobierno nacional y a la firma del Tratado del Pilar entre las tres provincias.
Dicho tratado enemistó a Ramírez con Artigas, quien no participó de las negociaciones para su conformación. Ramírez creó entonces la República de Entre Ríos en 1820, que incluía además de la actual Entre Ríos a la actual provincia de Corrientes y las antiguas misiones jesuíticas. La república de Entre Ríos se disolvió el año siguiente, luego del asesinato de Ramírez.
Entre Ríos no aceptó la constitución unitaria de 1826 impulsada por Buenos Aires, pero colaboró durante la Guerra del Brasil (1825-1828). Luego de algunos cambios de gobernadores la provincia queda a cargo de Pascual Echagüe (1832-1841), cercano al gobernador de Buenos Aires Juan Manuel de Rosas. En 1841, se generó en la provincia un foco de resistencia contra Rosas al cual Echagüe enfrentó, siendo derrotado por el general Paz. Justo José de Urquiza se hizo cargo entonces de la gobernación de la provincia.
Los bloqueos anglo-franceses contra Buenos Aires (1838-1840 y 1845-1848) permitieron a los buques de comercio a navegar libremente los ríos Paraná y Uruguay, lo cual favoreció comercialmente a Entre Ríos, ya que antes el comercio era monopolizado por el puerto bonaerense. Cuando los bloqueos fueron levantados, el resentimiento provocado por este hecho, junto con la tradicional insistencia de Entre Ríos en un federalismo verdadero, constituyeron las razones de fondo que llevaron a Urquiza a enfrentarse con Rosas con el fin de unir al país bajo una constitución federal que garantizara la libre navegación de los ríos. La batalla de Caseros, en 1852, marcó la victoria decisiva de Urquiza.
Justo José de Urquiza, gobernador de Entre Ríos y presidente de la Confederación Argentina.
Separada Buenos Aires del resto de las provincias, el Congreso Constituyente de 1853 nombró a la ciudad de Paraná como capital de la Confederación Argentina y a Urquiza como presidente.
En 1860, luego del ingreso de Buenos Aires a la Confederación, se dictó la constitución de Entre Ríos, eligiendo a Urquiza como gobernador provincial. Urquiza volvió a la gobernación en 1868, y murió en 1870 durante una revolución dirigida por Ricardo López Jordán. Jordán fue nombrado gobernador por la legislatura, pero el presidente Domingo Faustino Sarmiento no reconoció su autoridad, enviando ejércitos a intervenir la provincia. Jordán intentó resistir, pero fue derrotado y se refugió en Brasil. La intervención finalizó luego de la elección del gobernador Emilio Duportal.
Durante la gran ola de inmigración europea de 1853-1930 Entre Ríos fue una de las provincias en donde mayor cantidad de inmigrantes se establecieron, formando gran cantidad de colonias agrícolas.
La constitución provincial fue reformada en 1903, durante el gobierno de Enrique Carbó. Al entrar en vigencia en 1912 la Ley Sáenz Peña de voto secreto, se presentaron a elecciones la Unión Cívica Radical, el Partido Conservador y el Partido Socialista. En dicha elección triunfó el candidato radical, Miguel Laurencena.
La crisis económica mundial de 1929, conocida como la Gran Depresión, perjudicó a las economías agroexportadoras, lo cual produjo un aumento en la urbanización de la provincia. El proceso de industrialización abierto en la década del 30, motivó un éxodo provincial ya que los centros urbanos provinciales no podían asimilar a toda la población que llegaba del campo.
En 1933 se reformó la constitución provincial. Entre 1946 y 1955 se realizaron nuevas reformas, que fueron dejadas sin efecto en 1955, para reestablecer el texto constitucional de 1933.
No hay comentarios:
Publicar un comentario